Un ejemplo está en el tráfico de personas. Al menos desde el 2018 los directivos de Facebook son conscientes de que traficantes usan su plataforma para lo que la compañía llama "servitud doméstica": personas vendidas para trabajar en casas privadas "usando la fuerza, el fraude, la coerción o el engaño", sufriendo abuso físico y sexual. Pero no fue hasta un año después, cuando Apple amenazó con expulsar las apps de Facebook e Instagram de su tienda de apps que los empleados de Facebook se apresuraron a eliminar contenido y a hacer algunos cambios.