Dirás que no soy inteligente. Que no somos inteligentes, por poner las cartas sobre la mesa. Por pedir que todos los países digamos nuestros puntos débiles y fuertes. Por demostrar empatía con otras personas y países. Por pedir ayuda. Por colaborar globalmente. Por enseñar nuestras tecnologías, nuestros conocimientos, capacidades, aprendizaje, informaática y un montón de etc.
Tengo una respuesta.
Antes, déjame que te recomiende leerte el libro del brasileño afincado en eeuu Lair Ribeiro "la comunicación eficaz".
¿De qué sirve un gran botín de oro en un avión si este se estrella, cae al mar, mueren todos, no hay supervivientes de ese accidente, ni del botín de oro?
Ese botín de oro, que es riqueza, en vida, puede convertirse en dinero u otros objetos de valor, pero una vez todos muertos, en el fondo del mar, sin testigos, no vale nada. Ese oro no vale nada. En ese contexto.
Lo mismo pasa con nuestros conocimientos, si no sabemos transmitirlos a los demás, no vale nada, vale, si intercambiamos ideas en vida, pero una vez muertos, no tiene ningún valor, el conocimiento, como el oro en ese anterior ejemplo.
Por tanto, si me dices que soy tonta por compartir mis secretos o todos juntos compartimos nuestros secretos, pues, te digo, llámame tonta, pero una vez muerta, no podrás decir si soy inteligente o tonta, pues ya no podré compartir nada, ni conocimientos.
Creo que tenemos una idea confundida de competición.
Yo soy muy competidora.
Mucho.
Pero mi experiencia me ha demostrado, que para competir, unas veces tienes que colaborar con tus enemigos, otras competir, otras veces dejarte ganar, dejarte perder, no acaparar siempre todo el poder pues el nº de enemigos es directamente proporcional al poder que acumulas.
Lo dejo aquí.
Espero vuestras observaciones.
Saludos