Esta corriente considera que los pasos a dar ahora son buscar alianzas
en el Parlamento vasco y en el navarro para que les faciliten llevar sus
peticiones al Congreso de los Diputados.
Por su parte, la otra facción
entiende la huelga general, convocada principalmente por los sindicatos
ELA y LAB y siguiendo el ejemplo del movimiento feminista en los últimos
dos 8 de marzo, como un salto cualitativo en la forma de movilizarse.
Todos reivindican un sistema de pensiones públicas dignas, que sitúan en
un mínimo de 1.580 euros.
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